Ingredientes para la masa quebrada:

200 grs  harina

100 grs mantequilla

1 huevo

50 grs azúcar glas

1 pizca sal

En un bol colocar la harina, la mantequilla en pomada e integrarlos con la mano hasta lograr una masa arenosa.

Añadir la sal, el azúcar y el huevo y volver a mezclar con las manos hasta lograr que la masa se una. Formar una bola, envolver en film transparente y meter en la nevera 60 minutos, para que tome consistencia.

Luego la estiramos con ayuda de un rodillo. Este procedimiento realizarlo de manera lenta, para que la masa no se caliente y se ablande.

Forrar con la masa un molde previamente engrasado y enharinado.

Recortar la masa sobrante de los bordes.

Pinchar la base y llevar a horno a 180º C hasta que esté dorada.

Ingredientes para la crema pastelera:

3 yemas de huevo

40 grs de maizena

20 grs de harina con levadura

1/2  litro de leche (yo uso desnatada)

100 grs de azúcar

Batimos con unas varillas de mano las yemas con el azúcar hasta conseguir que nos quede una crema blanquecina.

A continuación incorporamos la harina y la maizena y seguimos removiendo hasta que se mezcle todo bien.

Ponemos medio litro de leche en el fuego y justo antes de que empiece a hervir (TRUCO: Lo sabremos cuando aparezcan las primeras mini-burbujitas), añadimos la mezcla anterior. Dejamos hasta que levante el primer hervor (unos 10 segundos, no nos pasemos de tiempo para que no se nos pegue), apartamos el cazo del fuego y con las varillas batimos rápidamente de forma circular, de fuera hacia dentro.

En unos segundos, tendremos lista nuestra crema.

Una vez hecha, dejaremos que se temple y mientras se enfría colocaremos papel film transparente encima, pero tocando la crema. De esta manera conseguiremos que no se forme una capa de nata encima.

Cubrimos con la crema pastelera fría la tartaleta, también fría, y decoramos con frutos rojos (o las frutas que más os gusten).